R.D.Congo
R. D. Congo ( Zaire)
Dejamos atrás Republica del Congo levantando grandes nubes de polvo a nuestro paso, por una pista que os aseguramos que en muchos meses no había pasado ni un coche ( la hierba cubría el camino obligándonos a abrirnos paso con el morro del Mitsu). Derrotados, sucios y sedientos.. llegamos al primer poblado, Amusanda, donde pudimos sellar nuestros pasaportes sobre una silla como mesa de despacho, era tarde y el sol caía en picado tras las montañas, pero encontramos donde dormir en la misión católica que regenta el padre Daniel, que nos cuido como a sus hijos durante nuestra estancia, como agradecimiento a tanta hospitalidad nos ofrecimos a remolcar su gran toyota que ya llevaba allí mas de diez días estropeado, no tuvimos mucha suerte en nuestro intento de ayudar y nos costo otra avería mas en el coche, la trasmisión delantera dijo basta!! A causa del terrible esfuerzo que tubo que soportar durante mas de cincuenta kilómetros arrastrando a un mastodonte que se negaba a arrancar.
A todo esto se sumo la temida lluvia y tras un par de intentos frustrados sin autoblocante nos quedamos bloqueados durante dos días mirando al cielo, a espera que el tiempo mejorase y el gran sol africano secara el pegajoso barro que se adhería a los neumáticos como una segunda suela impidiendo nuestro avance.
Al fin apareció la solución, en forma de un maravilloso y gigantesco pick up el cual nos acompaño durante todo el trayecto sacándonos a tirones de los grandes charcos que cubrían la ya muy deteriorada pista,atravesando aldeas al grito de MUNDELEEEE ¡!! hasta orillas del mítico río Congo.
A partir de allí el camino mejora notablemente y no precisábamos de ayuda alguna, perooo.. el viejo y asmático trasbordador se negaba a funcionar y demoró el trayecto mas de cuatro horas que soportamos pacientemente bajo la sombra de un viejo mango, y con un triste plátano en el estomago.
Una vez el ferry se reparó , todo fue coser y cantar en Kimpese esperábamos encontrar al padre Miguel Sánchez el cual a sus ( no quiso revelar su edad) todavía se pega largas marchas a pie de varias horas para realizar su labor de aldea en aldea donde es imposible que acceda un vehículo a motor por muchas ruedas que tenga.
Conseguimos entrar a Matadi a ultimas horas de la tarde.
En Matadi ya hemos conseguido el tan ansiado y difícil visado de Angola, solo nos dan cinco días de transito asi que a partir de mañana a correr como flechas para cruzar el próximo gran país...
Dejamos atrás Republica del Congo levantando grandes nubes de polvo a nuestro paso, por una pista que os aseguramos que en muchos meses no había pasado ni un coche ( la hierba cubría el camino obligándonos a abrirnos paso con el morro del Mitsu). Derrotados, sucios y sedientos.. llegamos al primer poblado, Amusanda, donde pudimos sellar nuestros pasaportes sobre una silla como mesa de despacho, era tarde y el sol caía en picado tras las montañas, pero encontramos donde dormir en la misión católica que regenta el padre Daniel, que nos cuido como a sus hijos durante nuestra estancia, como agradecimiento a tanta hospitalidad nos ofrecimos a remolcar su gran toyota que ya llevaba allí mas de diez días estropeado, no tuvimos mucha suerte en nuestro intento de ayudar y nos costo otra avería mas en el coche, la trasmisión delantera dijo basta!! A causa del terrible esfuerzo que tubo que soportar durante mas de cincuenta kilómetros arrastrando a un mastodonte que se negaba a arrancar.
A todo esto se sumo la temida lluvia y tras un par de intentos frustrados sin autoblocante nos quedamos bloqueados durante dos días mirando al cielo, a espera que el tiempo mejorase y el gran sol africano secara el pegajoso barro que se adhería a los neumáticos como una segunda suela impidiendo nuestro avance.
Al fin apareció la solución, en forma de un maravilloso y gigantesco pick up el cual nos acompaño durante todo el trayecto sacándonos a tirones de los grandes charcos que cubrían la ya muy deteriorada pista,atravesando aldeas al grito de MUNDELEEEE ¡!! hasta orillas del mítico río Congo.
A partir de allí el camino mejora notablemente y no precisábamos de ayuda alguna, perooo.. el viejo y asmático trasbordador se negaba a funcionar y demoró el trayecto mas de cuatro horas que soportamos pacientemente bajo la sombra de un viejo mango, y con un triste plátano en el estomago.
Una vez el ferry se reparó , todo fue coser y cantar en Kimpese esperábamos encontrar al padre Miguel Sánchez el cual a sus ( no quiso revelar su edad) todavía se pega largas marchas a pie de varias horas para realizar su labor de aldea en aldea donde es imposible que acceda un vehículo a motor por muchas ruedas que tenga.
Conseguimos entrar a Matadi a ultimas horas de la tarde.
En Matadi ya hemos conseguido el tan ansiado y difícil visado de Angola, solo nos dan cinco días de transito asi que a partir de mañana a correr como flechas para cruzar el próximo gran país...
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